lunes, 17 de junio de 2013

ÁLVARO SOLIS




El abrazo de Dios



Amargo animal que soy, que he sido.
Jaime Sabines


Amargo, la boca amarga,
la sed insaciable despertando desde no sé cuándo antes que yo.
Amargos los días y las noches amargas y sedientas y frías
calles y vientos malheridos tocando mi piel que no se queja.
Amargo, interminable sed que me acompaña.
Amargo, la sed amarga de los días sin satisfacción.
Amargo el abrazo del adiós. Amargo Dios,
la memoria la decrepitud el tiempo.




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