Advertencia
Nombre
es aquello mismo que se nombra.
Fray
Luis de León
No
gastes mi nombre,
no
fuerces los labios.
Recupera
el sentido del silencio:
busca
un sustituto,
unas
sílabas gratas,
una
voz que no alcance a mis oídos.
Lanza
palabras aledañas.
Llámame
con un nombre equivocado.
Regresa
a las voces primigenias.
Puedes
escarbar
en
los pliegues de tu piel
las
claves remotas que te lleven
a
mi escondido silabario.
No
gastes mi nombre:
usa
tus señales más simples.
Llámame
respirando las palabras.
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