lunes, 15 de julio de 2013

ATENA RODÓ




La llamo Aurora



Entre sus pupilas y las mías
se atrapa el secreto
que une nuestras almas
con nuestros cuerpos
con nuestras vidas y caminos.

Miramos el comienzo del día
ella despertando sobre mi pecho
yo mirándola rendida
descubrimos la aurora
con las manos unidas.

Su cabello brillaba
sobre su tez morena
y su barbilla inquietante
se alzaba en cada beso
la caricia sublime
de nuestros cuerpos

La bauticé aurora
esa tibia mañana
la nombré reina y señora
de nuestro mundo en las sombras
y escondidas del gentío
celebrábamos nuestro amor inmortal.

El festín comenzaba
sobre la cama nupcial
ella danzando a la diosa
que cobijaba nuestro hogar
yo amándola sin fronteras
sin renuncias...
enlazadas como enredaderas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario