Pequeño poema a mi padre
en espera de una larga y tendida conversación que muy probablemente jamás
tendrá lugar
Con usted no puedo
hablar de nada
a pesar de que mis ojos
y mi nariz sean suyos
-me lo han dicho-
o de que yo haya sido
su mayor imprudencia
-me lo han dado a entender-
y de que en cierto modo
sea usted quien camina
-soy yo quien lo sospecha-
cuando voy por la calle.
a pesar de que mis ojos
y mi nariz sean suyos
-me lo han dicho-
o de que yo haya sido
su mayor imprudencia
-me lo han dado a entender-
y de que en cierto modo
sea usted quien camina
-soy yo quien lo sospecha-
cuando voy por la calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario