domingo, 22 de diciembre de 2013

NICOLÁS SUESCÚN




Pequeño poema a mi padre en espera de una larga y tendida conversación que muy probablemente jamás tendrá lugar




Con usted no puedo hablar de nada
a pesar de que mis ojos
y mi nariz sean suyos
-me lo han dicho-
o de que yo haya sido
su mayor imprudencia
-me lo han dado a entender-
y de que en cierto modo
sea usted quien camina
-soy yo quien lo sospecha-
cuando voy por la calle.

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