Sobre
el tranquilo lago, occiduo el día,
flota impalpable y misteriosa bruma
y a lo lejos vaguísima se esfuma
profundamente azul, la serranía.
flota impalpable y misteriosa bruma
y a lo lejos vaguísima se esfuma
profundamente azul, la serranía.
Del
cielo en la cerúlea lejanía
desfallece la luz. Tiembla la espuma
sobre las ondas de zafir, y ahúma
la chimenea gris de la alquería.
desfallece la luz. Tiembla la espuma
sobre las ondas de zafir, y ahúma
la chimenea gris de la alquería.
Suenan
los cantos del labriego; cava
la tarda yunta el surco postrimero.
Los últimos reflejos de luz flava
la tarda yunta el surco postrimero.
Los últimos reflejos de luz flava
en el
límite brillan del potrero
y, a media voz, la golondrina acaba
su gárrulo trinar, bajo el alero.
y, a media voz, la golondrina acaba
su gárrulo trinar, bajo el alero.
Ondulante
y azul, trémulo y vago,
el ángel de la noche se avecina,
del crepúsculo envuelto en la neblina
y en los vapores gráciles del lago.
el ángel de la noche se avecina,
del crepúsculo envuelto en la neblina
y en los vapores gráciles del lago.
Del
septentrión al murmurante halago
los pliegues de su túnica divina
se extienden sobre el valle y la colina,
para librarlos del nocturno estrago.
los pliegues de su túnica divina
se extienden sobre el valle y la colina,
para librarlos del nocturno estrago.
Su
voz tristezas y consuelo vierte.
Humedecen sus ojos de zafiro
auras de vida y ráfagas de muerte.
Humedecen sus ojos de zafiro
auras de vida y ráfagas de muerte.
Levanta
el vuelo en silencioso giro
y, al llegar a la altura, se convierte
en oración, y lágrima, y suspiro.
y, al llegar a la altura, se convierte
en oración, y lágrima, y suspiro.
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