jueves, 2 de julio de 2015

CLAUDIO GUERRERO

 


Nadie preguntará más tarde por nosotros

 

Estamos sentados en una mesa sin alimentos
percibiendo el mundo a través de un vaso de vino,
nadie preguntará más tarde por nosotros
seremos sólo un puñado de monedas en una bolsa de nylon
en el bolsillo del hombre que juega a la rayuela
en el patio trasero del bar.

Nadie se preguntará a sí mismo de qué ha servido esto
cuando la ciudad es como un paseo en bicicleta
o cuando leemos el poema de la niña
que canta a la inocencia que ha perdido.

Sólo queda escuchar el tren a la salida del bar
y pasear por la última calle de adoquines en la ciudad
como el niño que a la hora de la siesta juega solo en los pasillos.
 

De “El libro de las cosas que se ignoran”

 

 

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