Al
viejo Luca
Qué
motivo había, viejo Luca,
Para
que fueras dardo
A tan
altas horas de la jornada
Grítame
cuál es la frontera de este mundo
Tú, a
diferencia del pelícano, no fuiste ciego:
Por
tus ojos desfilaron pedazos de tu vida
El
mismo cielo, distinto río
Qué
motivo, viejo Luca,
Acaso
el amor no pobló salvo el filo del Sena
Y la
soga y el cuchillo y la corbata
(Cerca
de donde reposó tu cuerpo
Hay
un judío, amigo tuyo, que canta en ninguna lengua:
Dale
mis saludos)
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