De la
importancia de la sangre en el reconocimiento de ciertas especies
Recuérdame como el peor de las bestias.
Como un asesino que se sentaba a comer contigo
sin haberse lavado las manos.
Recuérdame por un miércoles cualquiera.
No tiene importancia.
Yo te seguiré reconociendo por la sangre.
Recuérdame como el peor de las bestias.
Como un asesino que se sentaba a comer contigo
sin haberse lavado las manos.
Recuérdame por un miércoles cualquiera.
No tiene importancia.
Yo te seguiré reconociendo por la sangre.
(El Bestiario del Perro o El libro que
justifica la santidad de todas las bestias)
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