Engañados
Engañados
del sosiego
con que los conduce amor,
llegaron tus pensamientos
a las puertas del temor.
En tus azorados ojos
quise beber tu estupor,
donde –entre esmeraldas y oros-
tuve otra suerte mejor:
Porque vi cómo salían,
a modo de confesión,
dos lágrimas perseguidas
de cerca por otras dos.
con que los conduce amor,
llegaron tus pensamientos
a las puertas del temor.
En tus azorados ojos
quise beber tu estupor,
donde –entre esmeraldas y oros-
tuve otra suerte mejor:
Porque vi cómo salían,
a modo de confesión,
dos lágrimas perseguidas
de cerca por otras dos.
(ENGAÑADOS, Constancia Poética OC X.)
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