domingo, 8 de mayo de 2016

ANDRES FLORIT




La ortografía de los muros es pecado corregirla...



La ortografía de los muros es pecado corregirla
es mejor recoger las flores del cerezo
que sufre el verano como si de pronto lo despojaran de la noche                                                                       
una cortina se abre repentina cuando volteas
no resiste al viento y se entrega de brazos abiertos
es el vaivén del deseo que sopla y deja de soplar
en tardes de afiladores de cuchillos y jardineros que reposan
se confunden las palabras en boca de obreros ebrios
que caminan a gastar sus últimas fichas –palabras,
que quiero cambiar por vino pero se avinagran,
sed de traducciones que son mi leche derramada,
papeles donde pudo aparecer una pandereta llena de hiedra
o animales de pelaje sucio y de ojos elocuentes
aquí se destilan otras formas    eso me digo
para suplir las cuerdas que no se tensan
es la copa trizada después de un mal día
el vidrio que quisieras pintar negro por no verte reflejado en esas calles
que parecen demasiado largas
para ser caminadas en tan poco tiempo
alguien me cuenta que no sabe si vivió o soñó lo que dice recordar
y me embriagan esas confusiones tan corrientes
como ver una película por horas y horas
en cines que ya demolieron
adoquines y rieles de tranvías bajo flores de cerezos
que cicatrizan los caminos machacados de pasos
zapatos de goma ruedas de coche patas de perro
el sonido del agua que cae entre los arbustos y las espinas
las calles mojadas a pleno sol y mis huellas que luego se secarán
pasos que reemplazan pasos en la memoria rota del asfalto.



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