martes, 17 de mayo de 2016

ANGELAMARÍA DÁVILA MALAVÉ




hermanos mutilados,
hermanos carcomidos,
eh, ustedes, sí, los de piedra en el lamento
también los diminutos (distracciones del mundo)
mis muy hermanos míos...
los hay solos también, como cunetas
en día de sequía,
que devotos esperan grandes charcos.
¿no falta nadie más?
los que faltan vendrán aunque no sepan
de cualquier modo, y siempre sin venir,
los que no llamo
(puedo ser distraída)
llegan siempre primero.
¿saben? es que mi danza es sola,
puede insinuar montañas,
o cadáveres
o demencias atroces; sonrisas o lamentos,
pobredumbre —tal vez—o descalabros,
abismos, desajustes, 
huracanes, o sexo, mecanismos, desvíos,
rebeliones truncadas,
aciertos libertinos ¡en fin!
y ¿saben? ¡hasta versos!
también puede
no insinuar absolutamente nada:
está.


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