Los
remos
Mi
madre rema en esta foto.
Su
felicidad la persigue
y no
le permite romper
la
hermosa sonrisa que lleva por rostro.
Intacta,
sacude sus heridas
como
alguien que borra tras de sí
todos
los naufragios.
Lo
hace sin pretensiones,
con
las agallas de un barco de papel.
Muestra
sus velas
a
pesar de las várices del tiempo
y los
árboles en llamas
que
frenaron sus pájaros.
La
veo sonreír:
no
parece la mujer que perdió un oído,
la
tripulante de hospitales
que
derrotó al vértigo
para
domar lo humano.
Mi
madre se sumerge en ella misma.
Su
alegría me ha impactado:
es
una niña,
y en
el acto
parece
dirigir
los
columpios del mar.
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