Poema
9
En esta casa fui feliz.
Eramos cinco alrededor del fuego
donde crepitaba la inocencia.
Las ventanas se abrían a la tarde
y un aroma dulzón buscaba el cielo.
Las puertas tenían música, recuerdo.
Tenían dulcísima música ovillada.
Si alguien las abría
los pájaros que dormían en sus vetas
despertaban
y les crecían alas
y picos
y plumajes.
La casa quedaba, entonces, suspendida
y en una red de cantos, enjaulada.
Eramos cinco alrededor del fuego
donde crepitaba la inocencia.
Las ventanas se abrían a la tarde
y un aroma dulzón buscaba el cielo.
Las puertas tenían música, recuerdo.
Tenían dulcísima música ovillada.
Si alguien las abría
los pájaros que dormían en sus vetas
despertaban
y les crecían alas
y picos
y plumajes.
La casa quedaba, entonces, suspendida
y en una red de cantos, enjaulada.
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