Deserto
Hoy
nadie morirá en Argelia si me dejas
en
Libia o Bután se traficará con armas.
Los
niños de Sudáfrica no dejarán de morir de hambre
-aunque
monten mundiales de fútbol-
la luna
persa brillará como siempre en el sari
de
alguna musulmana hermosa,
con
ojos de pantera.
La
palabra amor no desaparecerá de los alfabetos
Y en
Tegucigalpa algunos sí morirán pero
por
asalto a mano armada.
Nadie morirá
hoy si me dejas,
este
mundo de romanticismos
es la
porquería residual de la burguesía francesa,
con sus
singulares molinos y sus corsé rojos.
Billie
Holiday no dejará de sonar
en la
memoria de una generación
y la
gente seguirá comprando plasmas
aunque
sepan que el Coltán,
causa
muerte a centenares de personas.
La
gente nace, la gente muere
A
diario otros y otras deseamos morir en una boca
en una
semifusa marina en medio de unas piernas.
Estoy
clara, amor,
ni vos,
ni yo, moriremos si me dejas
y pasaran
los años
coincidiremos
en algunas copas
en
velorios, en plazas ajenas
en
amistades traslucidas,
en un
verso,
mi
argumento – esta vida es mía-
si
tuviese otra, tal vez repetiría esta historia,
pero
sólo es una y es mía,
y sí
hay otra, también para mí la viviré.
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