BABA
O’RILEY
It’s only teenage
wasteland…
Yo
presencie
el día
en que tu madre
mostró
cual era la finalidad de este oficio.
Debo de
confesar que su cuerpo
era el
asedio de una revuelta popular muy noble.
Fue a
su habitación
y al
pasar delante de la cocina improvisada,
discretamente
arrojó
sus ropas sobre la mesa.
Como
una forma de incitar una revolución
y
demostrar que en un principio
todo
parte del silencio,
puesto
que, en un estado germinal,
todos
hemos sido seducidos
por la
apetencia de estar destinados a algo muy grande.
Por
alguna razón
aquella
visión me lanzó al caos.
Marchando
bajo los designios de la altura
y sin
la necesidad de ser perdonado.
En lo
profundo de mí,
nunca
había dejado de ser un animal de casa.
Lo
cierto es, que una vez que terminó,
se alzó
y se acercó a mi
dejando
una grieta en el mundo.
Tuve la
impresión de que nos hallábamos
hambrientos
de luchas y gracia. Canto y rebeldía.
Entonces
llegue a la conclusión,
de que
todos sin duda alguna,
en
algún momento de nuestra ofrenda
hemos
de dejar el asunto de una rebelión
en el
reino de la metáfora.
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