viernes, 30 de marzo de 2018

LUCIANA JAZMÍN CORONADO





El oso



cuando te visitaba
dormía en el cuarto de servicio
con un osito,
el único juguete
que por la pena que me daba
le puse tu nombre, Daniel

Daniel duele, padre, está vivo en mí
Daniel es dulce
pero adentro es carnívoro
duele como el viento en las pestañas

duele papá Daniel
el espejo tuyo en mí
la obra hecha de sal
duele papá pero no sangro
dejo el fondo mío
en el aljibe
me espanto ante tu rostro viejo
tus ojos de telarañas, papá
duele aquello que se tiende
sin tacto sobre mí

papá he dicho
no vuelvas a mirarme
recito hasta sentir tu muerte;
cada palabra te deshace
de mí finalmente

padre de viento
podrás esperar lívido
este poema

marcaré
tu ataúd
con tiza

bordaré tu ropa

con poemas te haré
palabras en la boca

entraré
despacio, papá

para no molestarte



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