Lejana como cuba*
Desabrigada
y ajena entre las palmas.
En diatriba con las cosas más simples.
Incomprensible y sola, mil veces sola, en medio de ese mar de
gente ahogándose de ganas.
Lejana y obstinada como ella, con ganas de correr a que la
abraces
desnuda y apartada.
De espaldas a tu ausencia.
Recobrándote en el paraíso de tu lino blanco.
Bandera blanca mi amor, bandera blanca.
Corriendo para no chocar contigo y tropezarte en el mapa de
tus ojos, de mi cuerpo.
Lejana como Cuba. Sin concilio.
Entre las olas que me hacen pequeña y argentada
Con el viento en contra a toda vela, resistida a llorar.
Buscando el nombramiento de un testigo, un peregrino, un
soberano.
Una criatura en mi interior que se defiende.
Lejana como Cuba.
Isla libre vertida entre tus piernas.
Cernida en los milagros que no esperas.
El ultimo reducto de la ausencia.
Lejana como ella. Aproximándose a tu salvación.
Breve al norte voluptuosa al sur.
Dormida sin tu nombre. Perseguida.
Con la brújula al polo y las alas atentas a tus pies.
Esperando por ti. Con todos mis arraigos de tierra y luz.
Sin esa lagrima que te duele y te despide.
Aquí me tienes.
Lejana como Cuba.
En diatriba con las cosas más simples.
Incomprensible y sola, mil veces sola, en medio de ese mar de
gente ahogándose de ganas.
Lejana y obstinada como ella, con ganas de correr a que la
abraces
desnuda y apartada.
De espaldas a tu ausencia.
Recobrándote en el paraíso de tu lino blanco.
Bandera blanca mi amor, bandera blanca.
Corriendo para no chocar contigo y tropezarte en el mapa de
tus ojos, de mi cuerpo.
Lejana como Cuba. Sin concilio.
Entre las olas que me hacen pequeña y argentada
Con el viento en contra a toda vela, resistida a llorar.
Buscando el nombramiento de un testigo, un peregrino, un
soberano.
Una criatura en mi interior que se defiende.
Lejana como Cuba.
Isla libre vertida entre tus piernas.
Cernida en los milagros que no esperas.
El ultimo reducto de la ausencia.
Lejana como ella. Aproximándose a tu salvación.
Breve al norte voluptuosa al sur.
Dormida sin tu nombre. Perseguida.
Con la brújula al polo y las alas atentas a tus pies.
Esperando por ti. Con todos mis arraigos de tierra y luz.
Sin esa lagrima que te duele y te despide.
Aquí me tienes.
Lejana como Cuba.
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