jueves, 7 de junio de 2018

CINZIA MARULLI





La casa de las hadas



Está el camino encendido que alumbra
el invierno
en el rostro antiguo de las niñas.
Están todas sentadas ‒ casi en círculo ‒
en las arrugas de su vida.
Los ojos abiertos que buscan
atenciones
esperan a los visitantes ‒ los hijos atareados
el corazón grande de los nietos
comen los pasteles
traídos por conveniencia
Quisieran volar como bailarinas
pero necesitan ayuda
incluso para beber un sorbo de agua
Cada cual contando su historia
y escondiendo los dolores.
Son hermosas todas juntas
son hermosas y tristes las niñas
y la Señora Muerte ni siquiera se esconde
mientras las mira
para decidir a quién llevarse  la primera.
  

De: “Las mantas de Dios”

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