Para cuando llegues
tengo
la noche entre las manos.
Lleva
en el pico los desvelos de las azoteas,
la
distante humedad de las calles
que no
han caminado tus pasos.
Los
suspiros del agua que hierve,
el
refugio de una taza de café
como el
aire que acaricia las pestañas de la ciudad.
Tengo
las alas de esta noche
y
conservo el calor de sus brazos
para
cuando llegues a dormir más tarde
o para
cuando ya no espere tu llegada
pero
aún es tiempo, ven:
…………………………………………………….esta
noche cenaremos en la luna.
.
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