lunes, 6 de agosto de 2018

ROSA ESPINOZA





Descansa, papá
Ni siquiera la muerte permanece
J.E. Pacheco


Descansa, papá.
Cierro los ojos y te pienso.
Lo hago para verte sentado a la mesa
frente al vino, en la tarde larga
de música y risas. Cuando tu cuerpo
no era inerme y había danza en tus ojos.
Gritaré tu certeza,
aquella de instantes compartidos
ahora de todos y de nadie,
con su ruido y su silencio.
Con el vacío que abocarda
mis entrañas.
Mantén tu quietud que mi centro
es un relajo, un aquelarre solitario
sin tu voz.
Descansa, papá.
Siempre sabré donde encontrarte.



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