mi cuerpo en una botella
Los
labios se descarapelan adentro de la sal
de sus
uñas aferradas en mi ombligo
cúspide:
entrañas de los monstruos
quienes
en el vacío de la aureola flotante
su
desnudez se estrecha con mi habitación oscura.
Habitada
como una rosa decaída por la sombra del sol
abundan
mis ramas hechas brasas en las nebulosas de sus ojos palpitantes.
Las
cigarras se encienden como lirios salvajes cortan las fibras emocionales
atadas
al corazón
blasfema
de nombres.
Las
mariposas envueltas
sangre
sobre sangre
rodean
mi pecho,
congestiones
de recuerdos acarician la serpentina de mi pelo
cual
monte arrulla su cadera silenciosa.
Nubes
alborotan la ilusión de ser un pez volador por sus mejías de estrellas.
Me robo
la inocencia de cesar en el entierro
de caer
volando por la eternidad
espero
el infierno de su despedida atroz
espero
las leyes de los hombres caer sobre mi espalda de meteorito
como un
niña que ve la nieve sobre su ropa disfrazada de ramera.
Mi
cuerpo en una botella se deshila con precocidad
de una
boca comiendo de mi boca
doy
patadas sobre el anzuelo
me
pulverizo
me
ahogo
me
pulverizo.
Las
hadas en su pecho
me
ahogo
Mi
cuerpo en una botella invade la nostalgia de ser carne.
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