sábado, 13 de octubre de 2018

FABIÁN RIVERA





BREVE NOTICIA CONFESIONAL,
donde el autor le hace de maldito y finge no tener escrúpulos
al escribir lo que está a punto, y que comprobará,
casi seguro, el popular dicho que reza:
“En cada panfleto o bodrio que escribieres has de cargar la penitencia”.



I

NO BUSCO comprender, que me comprendan,
ni deseo hacerme el arrabal incomprendido.
Soy un clasemediero, un parásito cualquiera,
hijo de mi rrenegra noche, un esperma fugitivo.
Firme candidato a barrendero, a bohemio fracasado, a limpiapisos,
pobre perro y malaliento, que jamás grillo, amarranavajas, como muchos.
No esperes nada de mí. Yo jamás he prometido nada.
Puedes escupir a la poesía, pero resulta igual escupir hacia tu techo.
Puedes escupir a la poesía y si te da la espalda,
métele la mano y agárrale las nalgas.
Al fin que de mano en mano siempre se la vive, manoseada.
Si no deseas leer esto no lo hagas. No pierdas tu tiempo.
Qué mejor si esto te duele pues seguro estoy gozando cada línea.
Si por error caí en tus manos,
dame un mejor uso al fondo a la derecha más cercano,
como alguna vez yo hiciera con mi rostro, tras una falsa borrachera, madrugando.


II

ah me rompí una pierna y todos ríen de mi pierna rota,
de mis labios rotos sobre el piso
el crudo pavimento que jamás perdona.
La naturaleza, nuestra madre,
si la buscas no la busques te la parten
¿por qué no los castigas?, ¿por qué no soy cuerpo de mi cuerpo,
de mi gran y erecto cuerpo, músculo de hambre que penetra mil bocas idiotas?
Cuaderno claro cuaderno en tus posibles consecuencias dibujado
declaro abierta cada página
presta tu saliva presta tus orejas préstame una mano
te declaro erecto mi cubil mi buen idiota
no mi lengua
la palabra lengua está podrida
de tanto apalabrarla la pudrieron
de tanto sobar ésta la pudrieron
cuaderno claro cuaderno no estás solo nunca lo has estado
abierto mi cubil a los idiotas y a los falsos
abierto de piernas yo te dejo si aquí te sientas a leer todo mi verbo:


III

dios tiraba el oro por la borda,
dios celebró cada crujido en mi columna,
dios llenó mis ojos con su estiércol,
dios pateó hasta el cansancio mi garganta.
-Pero mi boca presta y agitada,
chilla y se revuelca entre su esperma.

Tú, que aquí me lees, firme me levanto
erecto con mi labia de cangrejo
en los repliegues de la tuya,
-festejo en tus sudores mi balada-:

soy una ola torpe que se estrella con tus brazos:
______________yo te presto una mejilla y tú me entregas ambas:
_________________________________en tu cueva yo respiro y guardo ahora mis zapatos:


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