miércoles, 31 de octubre de 2018

FABIÁN RIVERA





(casa)



Por la mañana derribaron esta casa.  
Éramos vecinos del vacío. 
Nada, ni un solo ruido,  
pronunció al caer  
su estoica arquitectura. 
Aquella imagen ilumina mis altares 
y reconozco, desde entonces,  
que atesorar nuestro pasado ya no sirve: 

la lujuria del concreto no perdona. 



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