lunes, 25 de marzo de 2019

XAVIER OQUENDO





Diagnóstico reservado



Pedro enfermó. Se perdió en las medicinas. Hizo terapia de dolor con sus recuerdos. Resistió y convaleció junto a nuestras fotografías veladas.

Volvió tarde a nuestro abrazo bíblico. No nos negó. Nosotros lo negamos más de tres veces. Y los gallos siguen cantando. Quiso recuperar el tiempo perdido, pero ya aquel tiempo pasado fue peor.

Ha vuelto como el pródigo y nosotros hemos enfermado.

Nuestra enfermedad no la cura el olvido ni los antibióticos. Pedro nos coloca heridas en la sal y paños remojados de recuerdos en la frente que marchita.

No sé si mañana amanezcamos.


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