Recuento de los hechos
Todos
nos fuimos.
Atrás
se escucha el torpedo de la fiesta,
la
corona roja de los bares,
el
aguardiente azul que nos amaba
y la
marcha desigual de la jarana.
Después,
la madrugada con olor a miel.
Los
amigos dormidos, amontonados
como un
pozo de trinos,
como un
manzano cargado.
Éramos
todos, solo el viento era solo.
Los
demás, los otros nosotros,
éramos
uno en la soledad del nuevo día.
Nos
dolíamos juntos y eso era la felicidad.
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