El chipote
Ahora
puedo verme el cadáver, ahora puedo verme la
sensibilidad del pulso.
La
soledad tiene 360 grados. Nada gano con ir dulcemente al infierno,
nada
gano con hablar de mí a estas alturas de ¡Pum! y olvido.
La
calle tiene devastados los adentros; peatones de la
ilusión, farmacodependientes del miedo.
La
belleza sólo ha pasado, sólo ha dejado mucho por desear,
sólo
mezquinas gratificaciones de la intimidad, puros cuentos.
Ahora
puedo ver lo que la equivocación llama suerte,
ahora
puedo ver cómo el dolor domestica el rumbo vitalicio.
Es
mentira que los ahogados se mueran en un vaso de agua.
Es
mentira lo que tú crees de ti.
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