Cualquier lugar es bueno
Cualquier
lugar es bueno para descerrojar
un
septiembre o un martes
o
un dos mil ciento veinticuatro.
Cualquier
día es bueno, vale.
No
se sabe si licor o unos pasos
tristes
y robustos; no se sabe.
Aun
sintiendo como un yunque
el
roce, su pasar es lo importante.
En
cualquier sitio posible o imposible
sin
óbice alguno puede darse
que
de un cuasi infinito insuficiente
broten
en muchedumbre los ápices.
Quién
sabe de qué misteriosa
chispa:
en vez de incendio, árboles
que
extienden toda su sombra
con
una furia imparable;
y
a la sombra, un punto-mundo,
hijo-hermano-padre-madre,
que
escoge un lugar, y medita
para
todos y para nadie.
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