sábado, 1 de junio de 2019

ISMAEL LARES





Réquiem por un avión de papel



Anoche vi volar un avión de papel.
Volaba tan alto que apenas pude distinguir
que una de sus alas estaba medio rota.
Sentí una pena inmensa entonces,
pero nada pude hacer.
El avión cayó estrepitosamente
simulando la espiral que se forma en los ojos
de una persona que ha perdido la razón.
Corrí al lugar del desastre, y ahí estaba él
con sus alas y su motor regados por doquiera.
Había sangre, mucha sangre iluminando
aquella impresionante escena.
No supe si levantar los restos de papel
o buscar sobrevivientes entre aquél desastre,
lo único que hice fue sentir una profunda pena.
Una mujer asombrada pasó frente a mí,
me reconfortó entre sus brazos.
Me dijo que no me agüitara,
pues toda la zona era un campo de guerra.
Cientos de aviones de papel
comenzaron a surcar los aires desde entonces.


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