domingo, 18 de agosto de 2019

ÁNGEL PÉREZ ESCORZA





Poema para los hermanos de paso



El recuerdo es un lobo al acecho que devora toda mítica
esperanza.

Fuimos magos, amigos, nahuales nocturnos
que bebieron y lloraron de golpe
las estrellas fermentadas en el fondo
de una copa.

Me fui hace tanto de mí,
que literalmente creí haber huido
por completo de aquellos que siguen
y ya no están.

Las promesas son siempre un pretexto
para atar los pies de quien se resiste
a las llagas punzantes del olvido.

Ya no hacemos que hacemos
ahora que no estamos.

Fuimos imanes; polos opuestos
que guardaron distancia fotográfica
en el archivo entrañable de un escenario

sin teatro.

El alma se templa
y el hielo se quiebra.
No hay gloria más digna de perdonarse
a uno mismo,

                        que vivir sin rencor.


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