Celebración de las cosas
Y
las cosas se apoyan en mí,
como
si yo, que no tengo raíz,
fuera
la raíz que les falta.
Roberto
Juarroz
Dispuestas
en la mesa las cosas se enarbolan,
la
mesa se enarbola con las cosas.
En
un segundo espléndido
se
colma el lomo de ávidos emblemas
buscando
el ojo que los cifre
y
los detenga.
Blanden
su cuerpo estricto,
danzan
la danza de su forma persuasiva,
se
inflaman hasta el filo de sus lindes
y
hacia adentro,
hacia
su corazón de cosa ilusionada.
Me
cortejan.
No
estoy aquí sino en la cosa,
la
doto del impulso de mi sangre
y
la echo a andar hacia su centro:
la
cosa crece alas,
vuela
en el cielo íntimo y preciso
de
su carne,
celebra
coincidir con ella misma,
corresponder
al ritmo de su ritmo,
ser
la armonía,
el
centro de las cosas.
No
existe afuera ni mañana ni porqué,
todo
es las cosas reinando en el instante,
el
cántico de estar
y
pronunciarse,
lo
más pequeño y su pancarta:
el
alfiler altivo
en
su menudo coto de dolor,
el
clip solícito,
la
astilla saltimbanqui,
el
feo pero tenaz pisapapeles.
Todo
es lo que los ojos manifiestan,
y
todo lo demás desaparece.
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