miércoles, 13 de mayo de 2020

FANOR TELLEZ





El diálogo, la paz



Con las manos desnudas
y sus muertos, nuestros muertos,
los pequeños derribaron los muros de la ciudad
y entraron para sentarse frente al príncipe
y sus comparsas,
llenos de fuerza en equilibrio,
actuando como quienes unen el cielo
y la tierra
y son uno adentro y afuera,
iluminados por esta conciencia de la acción ecuánime,
apartidista, de ayuda al común.

Los pequeños, sin miedo de ser sinceros
ni de ser compasivos con los afligidos
ni desmemoriados, exigieron justicia
por cada nombre ardiendo en la noche.

Allí los tiranos frente a este espejo
vieron la imagen de lo que alguna vez fueron
o quisieron ser
y ya no son,
sino el polo contrario de las nobles causas
y de la poesía.
Vimos bajar una sombra de su cabeza a sus pies.

¿Ahora, qué vamos hacer?.
Readecuamos conforme el orden de la vida
el país donde queremos respirar
y dormir.

Habiendo paz se va lo mezquino.
Nadie más impondrá un orden inventado por él
desde su propia casa. Habrá tiempos venturosos.
El pueblo dará cada vez un hombre sabio
aunque parezca ordinario como nosotros.

La sabiduría hace crecer lo pequeño.


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