discurso del hombre como un gato
este
es el comienzo de la cuarta vida
en
pocos metros cuadrados
acomodo
lo que queda
de
mi mundo
afortunadamente
tan poco
que
nunca va a desbordarse
aunque
las ventanas
se
queden peligrosamente abiertas
a
los incendios de la noche
este
es el momento
en
que empieza a fundarse el olvido
fuera
los espejos
fuera
las cintas que reproducen
intensas
vísperas anunciaciones varias
fuera
los libros que atestiguan
los
retratos que hablan
el
perro que pasa una y otra vez
por
el sueño sin reconocer la mano
el
olor pálido de entonces
esta
es la hora en que debo quemar
los
trajes que en otro tiempo
me
arroparon el alma
el
segundo de cortar
los
hilos del teléfono
cambiar
de nombre
dejar
tan sólo un rastro de hojas secas
que
sirva a los hijos
si
fuera menester
para
dar con mi atribulado corazón
tan
errático como una granada
cuya
parábola
nadie
puede corregir
y
una y otra vez cae al centro del mar
sólo
para espanto
de
anémonas y peces
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