En lo profundo…
Abre
los brazos y se arroja
desde
las cuerdas, a matar.
Fabrizio
Mejía Madrid
De
estas calles trizadas por el ruido
de
estas aceras de pensamiento estrecho
de
estas casas olvidadas en sillas de ruedas
sólo
guardaré, si acaso, el vago recuerdo
de
la muerte que sale como un grito sin eco
que
sale como hilo de sangre de los oídos
para
que la sienta caer a cuenta gotas
rotundamente
sin vida sobre los hombros
precipitada
a lo profundo de sí misma
donde
no se alcanza a escuchar la caída.
En
lo profundo soy sólo silencio
el
miocardio roto a batazos
y
el hijo que rueda hacia ninguna parte
hacia
donde no escucho que ya he muerto.
Si
alguna vez murieras
no
insistirías más en que estás vivo
no
te daría por vivir más de lo necesario.
Si
alguna vez se te cerrara la garganta
se
te inundaran los ojos de blanco muerte
si
el moho creciera en las ventanas
el
moho del día del mes del año arropando
la
vida que rueda hacia ninguna parte
quedaría
el terco olor del recuerdo
de
la idílica vida que no tuvimos
la
memoria de lo que fui
manchando
las cortinas del olvido
y
las cosas incomprensibles:
un
amor una tarde en calma
una
plática compartida
la
súbita certidumbre
de
un hogar para pasar la noche
Las
cosas incomprensibles
que
suenan a puertas clausuradas
a
cadáveres huérfanos de tumbas
En
lo profundo soy sólo silencio
la
seca mudez del odio
en
una habitación en penumbras
y
las sílabas sin palabras
empozadas
en la voz seca
de
ancianas que nunca he visto.
México D.F. Marzo del 2006
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