domingo, 1 de noviembre de 2020

ROQUE ESTEBAN SCARPA

 

 

Sólo me encontrarás

 


Sólo me encontrarás cuando el olvido
sea una primavera, un bosque, una cisterna
y tanto sol que juega busque una gota de rocío,
y en las ramas bullidoras de hojas en un hueco
se aposente el aire, y en el pozo falte esa lluvia
que le crece un palmo y apedrea de lágrimas
los detritos que repugnan la sed. Apenas nada.
Sólo me encontrarás cuando el olvido.

 

Sólo me encontrarás cuando el olvido
de pronto se colme de presencia imposible
y toda la primavera se medite otoño,
y en todo el bosque no cante ningún pájaro
y la cisterna se beba de soledad sus aguas
porque lo viviente se encuentra en lo mínimo.
Sólo me encontrarás cuando el olvido.

 

Sólo me encontrarán cuando el olvido,
impreciso, indigente, dibuje un vago gesto
único que él recuerda entre numerosas tardes,
o balbucee una palabra que, como mitos mágico,
trae esas almas que consumió el tiempo
y eran de eternidad y el tiempo las vomita
porque nada puede su perpetua desmemoria.

 

Una de ella no estará, más otra la sigue contemplando
sollozo profundo de ola que, al nacer no ignora
que jamás hallará playa para morir
si no me encuentra donde vive el olvido.

 

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