sábado, 2 de enero de 2021

PATRICIA TRIGUEROS

 

 

 

Olas

  

 

La integración de experiencias sucede, viene y se inscribe en el sonido, en sus capas justo caben las extensiones del cuerpo, de mi cuerpo.

 

Bailan los contornos del silencio, del tick en el ojo, el hormigueo de la tensión cervical que baja por mis brazos y se acumula en mis manos sudadas que sostienen el vacío.

 

Aquí está todo lo que dicen que nunca he dicho

 

en reacciones alérgicas que no se curan con medicinas, en nuevas arrugas que no le pertenecen a nadie pero tampoco vinieron solas. Trago saliva en vez de decirte que cada vez que te acercas, me alejo

que cada vez que me alejo es porque permito las distancias que cavo y excavo en la orilla de la playa.

 

Recuerdo que no podemos, no deberíamos; ya mucho he comulgado desde el vacío
en un esfuerzo por descifrar los ruidos
pierdo mi voz de nuevo

 

en el mar y las olas
que revientan y arrastran
las piedras, el pasar de los meses
las acomodan y el pie abajo
la mirada al frente, el oído
escuchando las voces que resuenan
en el impacto de los meses de lluvia. 

 

Es el mar que avisa el cambio
de temporada de luces y sombras
con ojos delicados que miran y evaden
lo que entreteje el malecón, una voz feroz
de la que quiero aprender.

 

 

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