A
los que mandan no les gusta
nada
mi
canción
A mí
no me gustan ellos
a mí
no me gustan ellos
A
los que mandan
mi
forma de proyectarme
musicalmente
no
los complace
No
los complace mi guitarra
ni
mi barba
ni
mis astutos gorjeos
No
los complace a los que mandan
lo
que trasunto
cuando
entono a mi público
No
los complace cómo vocalizo
cómo
interpreto
A mi
público no le gusta
nada
los
que mandan
Los
que mandan no gustan
en
absoluto
de
mi público
Y a
mí no me gustan los que mandan
a mí
no me gustan ellos
Mis
composiciones los descomponen
(verso
logrado del estribillo
de
mi próximo tema)
Ellos
me descomponen a mí
advirtámoslo:
ellos
en otra línea
más
policial
Por
eso
a mí
no me gustan ellos
a mí
no me gustan ellos
Canten
conmigo
el
socialismo genuino
y no
canten conmigo
el
de los burócratas
A
cada empedernido
fundamentalista
una
corchea y una semifusa
A
cada socialista ramplón
“real”
y ramplón
una
negra y una blanca
y
una semicorchea
A
los horripilantes
un
do de pecho
un
sol de abdomen
un
mi de ingles
un
re de hombros
un
fa de nalgas
un
la de nuca
un
si de pies
Canten
conmigo ahora
todos
juntos
¡y a
ver esas palmas!:
a mí
no me gustan ellos
a mí
no me gustan ellos.
“FATHERLAND”
(“La tierra de mi padre”), filme dirigido por Ken Loach.
Qué buena edición, estimado Mario. Agradezco efusivamente.
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