De gritos, el gallo
El
hastío me anuda la garganta
y me crecen, en las tripas, los cardos.
Explotando del cuerpo mis sueños,
liendres entre dos uñas.
El ruido me ha dejado sobre el cerro
por allá, caminando.
No encontrando calma
en mi ruina, hoguerra.
Ando por la vida (cuando fue)
sin misiles.
Sobreviviendo por costumbre a la derrota de esta áspera existencia perra.
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