miércoles, 18 de agosto de 2021

PABLO ROMAY

 

 

 

Saber esperar

 

Hace tiempo, y lágrimas

aprendí que no hay que escribirle poesía

a una mujer apenas conocida,

aunque a veces fallo,

porque en cualquier momento se va

se da media vuelta sin mirar atrás,

o una y media y desaparece de tu vida

y te deja flotando en el vacío como clavadista al que le desaparece el agua a medio aire

te deja encendido, buscando su saliva salvadora

con el verso ardiendo en la punta de los labios.

 

No, ahora sé esperar un poco más

lazarla fuerte, bien prendida, prendada

atrapada sin salida y entonces si

quitarme las máscaras, los uniformes, los disfraces

desnudarme la ropa, desvestirme la piel

hasta que no quede masque la arrobada inmensidad líquida del poema

inundando el alma.

 

 

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