Venid
al parque que decid muerto está y ved
Venid
al parque que decid muerto está y ved:
el
trémulo reflejo allende las risueñas riberas,
el
inesperado azul de purísimas nubes
ilumina
el sendero y el colorido estanque.
El
tierno gris y el ardiente amarillo se aferran
de
abedules y hayas, el viento es tibio,
las
tardías rosas no se han marchitado aún,
se
besaron y entretejieron la cadena,
no
olvidéis tampoco los postreros ásteres,
el
púrpura sobre las silvestres vides
y
cuánto del vívido verdor aún permanece
fácilmente
sobre el rostro otoñal.
Versión
de José Manuel Recillas
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