Y las miríadas que su centro, cual imán, propiciaba: Orfeo
sin Eurídice
Silba
la música que hace
que todo lo demás se mueva
y siempre agua tiene
para los que, de una u otra manera,
respiran.
Déjame
que cante con las
Ménades,
a la izquierda, para vernos
más o menos pronto.
Los
destinos son indescifrables,
sólo perceptibles
al hartazgo y la emoción.
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