Inquietudes
sentimentales: XVIII
El
silencio ha estrangulado la noche, y yo estoy viviendo la verdadera vida.
¡Chut!
La desdeñosa, envuelta en su intangible manto, atraviesa los espacios con
cauteloso paso de gato maléfico.
Allá
vas, ladrona de almas, Muerte traidora; yo te desafío… Vente a robar mi amor
que duerme entregado a mí.
Lucha
titánica sostendríamos; él es más fuerte que tú y te vencería.
Tú
seguirás atravesando los espacios infinitos, pero con la decepción amarga de
saber que hay algo que tienes que respetar, a pesar de tu imperial y absoluto
poder.
Anuarí,
mientras dormías y tu cuerpo tenía estatuaria quietud, yo he bebido el alma que
me abandonabas confiado.
Te
he sorbido por los labios, como la abeja la esencia de la flor.
Anuarí;
tú solo, con tu belleza, con la luz que irradia bondadosa de todo tu mirar,
alivias mi mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario