Advertencia
Érase
un hombre solo,
demasiado solo;
cuando sentado en el baño
dejaba correr el agua
para escuchar su sonido;
En su oficina de correos dialogaba
con las cartas y en sueños
visitaba a los destinatarios. Falleció
la primavera recién pasada:
al cajón le ajustaron las manillas por dentro
para que esa mañana
se condujera solo al cementerio.
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