lunes, 16 de mayo de 2022

RICARDO PAU-LLOSA

 

  

Nadie lo conoce

 

 

Abridor de cartas. Lo oí perfectamente
aquí en mi hueco, al lado de la cerveza.

La mujer de la bikini roja piensa
que yo sería un magnífico abridor de cartas.

Chik chik chik y a leer se ha dicho.
Cuentas y revisticas. Y la nota de despedida

que el tipo que vino la semana pasada con ella
bostezando le va dejar sobre la coqueta

cualquier mañana de éstas. Por poco me aplasta
cuando se tiró en la arena y ya era tarde,

y como ya no había nadie, la agarró y se dio banquete.
Chik chik chik, pero ninguno de los dos —muertos de risa—-

se enteró que aquí abajo estaba Cangrejo, con miedo
y hundiéndose. Por suerte la arena me acomoda.

Se parece al lenguaje. Lo único que no hay que abrir
nada para leerla. Nadie te la tiene que dejar.

 

 

 

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