Ando sobre rastrojos
de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Miguel
Hernández
Elegía a Ramón Sijé
Ciudad de miedo
¿Habremos
de aprender
una y otra vez
a hablar de los asuntos
verdaderamente nuestros
con las palabras que
buenamente
y como podamos
vayamos traduciendo
de dolores anchos y ajenos?
Es
que si no ¿cómo
encontraremos formas
de decir propiamente
de los pesos o plomos
que nos dejan insomnes
noche tras noche
y que de día nos angustian
constantes
en esta Caracas de miedo?
De: “De la metáfora, fluida”
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