El día en que me llamaron a la guerra
Poeta, por ser claro no se es mejor poeta.
Por oscuro, poeta –no lo olvides-, tampoco.
Rafael Alberti
Las calles resplandecen
el cielo se desgaja sobre las casas y los autos.
En las copas de los árboles saltan con orgullo los hijos de la luz.
Camino sobre el cielo, la nieve responde a mis pies que se hunden como si
pisara flores.
En
la sala de espera de mis sueños
veo pasar el amor como un ángel malévolo y sonriente;
hecho de pensamientos y de lumbre, de vértigo animal, hecho de nieve.
“Bienvenido al cielo”, canta.
La vigilia cae en pequeños copos en nombre del invierno.
Diciembre 5/2002
Washington, D.C.
De:
“Para formar un río”
No hay comentarios:
Publicar un comentario