El Hayedo
(Schönbuch/Valvanera)
Hacia
lo azul, hacia el azul derrotado del mundo,
entre lo abierto y lo cerrado, el bosque es un silencio en fuga.
En la ascensión las hayas,
…………………………………………………………calígrafas del cielo,
escriben desde el antes al ahora sobre la cicatriz de las estrellas.
En la memoria de la savia fluyen
los troncos, en su extenderse hacia lo otro,
la sombra niegan para hurtar la luz,
peregrinan al ser de las raíces a las ramas.
Las hayas en su sordo crecimiento escapan transformadas
en temblor y crujido, agitación y vuelo.
Hacia lo incierto arroja su materia el torrente
y entre las piedras es largo su discurso
de la extinción, finge el claroscuro entre las hojas
en su estación de sombras y destellos.
…………………………………………………………………Cada claro es un despertar.
Sólo las sendas quiebran la densidad enajenada
de las formas inmóviles, y en el borde del bosque
quiere el ciervo arriesgarse, ser solamente límite
aunque no sepa que después de su huida
el tiempo fluya de repente y el sonido
prolongará el fragor bajo sus pasos:
sonido errante, frágil música del existir.
No seremos camino antes que huella.
Lugar
del que jamás hemos salido, signo que no hemos pronunciado,
los árboles sonámbulos cuando la nieve llegue,
furiosos en lo azul, osamentas del frío,
para
tocar la muerte en lo hondo de sí se adormecen.
Desde lo abierto a lo cerrado el bosque errante en su silencio
hace de su mudez laberinto.
…………………………………………………………Por alzarse a su forma,
todo duele para crecer entre el temblor y el éxtasis,
el hayedo será huella antes que camino
avanzando en lo incierto por el sonido de unos pasos.
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