"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
ENTRAR despacio,
casi de puntillas,
como quien nunca sabe
que tras de sí se olvida de algo.
Como si de la estancia,
quisiera huir sin prisa el conjuro del tiempo.
Y así, sin dudas y en silencio,
alzarse, entrar.
De: “Lo que funda el silencio”
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