Vivienda
social
Mi
abuela se pone en la despensa
a
escondidas la alianza de su primer matrimonio.
Si
dejas algo sin verbalizar,
no
tiene por qué haber sucedido.
A lo
largo de los años aprendió a ajustarse
a la
semántica del silencio, se calló
al
ritmo de su incesante máquina de coser
acortar,
alargar, entallar, anhelar
de
vez en cuando meterse en la despensa
para
ver si el pasado todavía aprieta el dedo.
«Nuestro»
es únicamente un pronombre posesivo, una casa
construida
con un lenguaje de un sinfín de nombres alternativos.
Es
difícil habitar en siete letras.
Te
deja poco espacio.
De:
“Camaleón”
No hay comentarios:
Publicar un comentario