Golders
Green
Un
cadáver yacerá en la abadía de San Lachtin.
Muerto, ya no añorarás nuestra tierra,
ni la lluvia de sus bajos cielos grises;
otro, en algún sitio como este
para
convertirse en minúsculas cenizas.
Qué sinsentido la esperanza de que halle
un momento de reposo en la tumba,
sople el viento desde donde sople.
Versión
de Luis Ingelmo
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