El
hambre no está en la boca
El
hambre no está en la boca que suspira
atormentada
No está en el pan negado
a tanto anhelo
No está en el pie que sale a buscar
un desesperado trabajo
No está en el silencio
del lápiz
que no escribe
El hambre no está
en la falta de calor en el corazón confuso
No está en el mundo escabroso aquí abajo
que mira de reojo cómo se mueven las nubes negras
Tampoco está
en el pequeño amor que naufraga
desnudo bajo la tormenta
Ni en la miel de las palabras añoradas
que la ciudad esconde
¿Entonces dónde está?
pregunta el niño que con sombras se arropa
mientras bebe dulcedumbre
en el regazo
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